miércoles, 16 de julio de 2008

Odisea 2001: "The dawn of man"

“Odisea 2001” DIRECTOR Stanley Kubrick GUIÓN Stanley Kubrick & Arthur C. Clarke AÑO 1968
DURACIÓN 139 min.




ODISEA 2001: "El amanecer del hombre". La dominación violenta como origen y destino del hombre


El objetivo es indagar en la célebre secuencia inicial de Odisea 2001 de Stanley Kubrick, film del año 1968 considerada por muchos como la obra maestra del cine de Ciencia Ficción, con el fin de elaborar una interpretación de carácter estético acerca del modo en que la violencia atraviesa al sujeto del S XX, en su producción simbólica.

En la primer secuencia de Odisea 2001, de Stanley Kubrick, se nos muestra una serie de simios conviviendo en una cueva. Allí aparece el denominado “eslabón perdido”, el punto exacto de pasaje entre el animal y el hombre.
Se nos muestra un primer plano de uno de los simios moviendo sus ojos. Es una escena privada, de apelación directa del personaje al espectador. Esta escena tiene una función clave: expresa un momento de quiebre. Aparece allí la función de la mirada. El primer plano en el cine es un llamado a la introspección, a la individualidad, que se contrapone a los grandes espacios desolados que aparecen al comienzo de la secuencia, y a la manada salvaje indiferenciada de la naturaleza, del mundo.
¿Cuál ha sido la capacidad de ese eslabón perdido? Su capacidad de esperar que el resto de sus compañeros de hogar (es una cueva, pero toma el carácter de hogar en ese momento preciso) se duerma.
Alguna vez he escuchado una fábula que cuenta que el primer hombre es aquel que ha sabido esperar que el resto de sus compañeros de manada se duerma para comer su comida. Este plano quizá puede estar aludiendo a ese primer momento del hombre.
Allí aparece una definición profunda, existencial de los orígenes del hombre: el ser humano es aquel que ha sabido esperar, dominar sus instintos en función de sus fines. Ha aparecido un sentido económico (de carácter temporal), y una organización primitiva de la relación cuerpo-mundo en función de una necesidad. Kubrick lo muestra con un simple primer plano en el cual el simio abre los ojos y observa la situación. Allí el organismo vivo logra separarse del mundo, diferenciarse, dominarlo.
No es casual que luego de la aparición de esa mirada (que la representación occidental tomará como “espejo del alma”), se presente a los simios una misteriosa construcción, un tótem, que provocará una histeria colectiva en esa comunidad primitiva.

La histeria colectiva se presenta por la capacidad de los simios de ver algo más en esa construcción. Podemos ver una arcaica construcción de sentido, construcción primitiva fruto de una significación metafísica de un elemento de la realidad. Será esa significación el elemento que estará mediando en la relación (ya diferenciada) entre el cuerpo y el mundo.
A partir de ese momento los miembros de esa comunidad se enfrentarán con otro grupo de simios, apareciendo así en los orígenes del hombre un carácter bélico fuertemente determinado.
El siguiente descubrimiento del hombre será el de la tecnología, vista en la capacidad del simio de manipular ese hueso, transformado ahora en herramienta. No es casual el simbolismo aquí representado en el descubrimiento de la técnica, llevado a cabo por golpes al cráneo a los restos de otro animal - con la fuerza de “Así hablaba Zaratustra” de Strauss.



Link al video: "The dawn of man" - Odisea 2001
http://youtube.com/watch?v=MrHRWGsCfN0



Dicha técnica, la posibilidad de significación de un elemento del mundo transformado en instrumento, les permitirá conquistar definitivamente el estanque de agua, les permitirá ejercer su poderío sobre la otra manada (o comunidad). La escena acabará con el asesinato de uno de los enemigos (único muerto que aparece en la secuencia), y un brote de frenesí e histeria colectiva de la manada victoriosa.
Aparece entonces una escena paradigmática de la historia cinematográfica que es la del hueso arrojado por los aires, que por un trabajo de montaje acabará convirtiéndose en un cohete espacial, que es el máximo logro tecnológico de la humanidad: la expansión interplanetaria.
El narrador realiza una mirada sobre el hombre de la modernidad llevándolo a sus orígenes y a su futuro más lejano. ¿Dónde se sitúa temporalmente el narrador? En el corte, en el montaje, en el fragmento de segundo producido en el pasaje del hueso volando por los aires a ese futuro lejano en el que el hombre ha logrado conquistar el espacio.

El desarrollo tecnológico dará lugar a una sublevación de las máquinas, que buscarán por todos los medios dominar al hombre. La reaparición del tótem al final confirma nuestra sospecha de que poco ha cambiado en la historia de la humanidad. Dicha mirada apocalíptica, propia del relato de ciencia ficción, cobra en el relato de Kubrick una dimensión de reflexión existencial aún más potente.
El presente de la instancia narrativa se encuentra en lo que no se ve, en el corte, en el contrapunto producido visualmente entre el hueso y el cohete; es un presente (del sujeto del S XX), que considera al fenómeno de la violencia y la dominación como punto de partida y lugar de llegada de la especie humana. Primero el hombre dominando la naturaleza por medio de la técnica, luego esa técnica sublevándose contra su artífice.
El interrogante planteado sería: ¿Acaso la violencia se encuentra presente ya en el amanecer del hombre, en el momento en que ha sabido manipular el mundo para sus propios fines y necesidades, en ese primer momento en que pudo producir sentido?
No es casual que este film, contemporaneo al texto fuente de Arthur Clarke, pertenezca a la decada del '60, contexto de la guerra fría, y una generación hija de las dos mayores guerras de la historia de la humanidad.
El peligro que corre la especie humana de extinguirse (desarrollo y lanzamiento de bombas atómicas en manos de las grandes potencias económicas e imperiales) será la musa de los relatos de ciencia ficción, y le permitirá a Kubrick (trascendiedo los limites propios del género) realizar esta mirada en clave hermeneutica sobre el origen y destino de la humanidad.
Lo interesante de esta escena es que nos permite observar la magnitud del fenómeno de la violencia atravesando la producción simbólica del S XX, situándola como elemento quizá innato a la constitución del ser humano, elemento capaz de manifestar la contra-cara implícita en la evolución y desarrollo de la especie, que no es mas que su propia auto – destrucción.


Esta no es mas que una mera lectura de Odisea 2001 que no pretende reducir la obra a lo aquí expuesto. Toda interpretación realizada sobre este film debe ser considerada inconclusa, fragmentada, ya que las posibilidades de lecturas y analisis del film resultan inagotables, inacabadas.

El objetivo de este articulo es, antes que nada, brindar un humilde homenaje a este celebre film y sobre todo al genio creador que fue Stanley Kubrick. Sobre todo a su ojo inquietante, habil, perceptivo. Por suerte ha sabido prestarnos, solo por algunas horas de celuloide, fragmentos de esa mirada lucida en cada una de sus obras.








Trailer del film:
http://youtube.com/watch?v=vahx4rAd0N0&feature=related

domingo, 13 de julio de 2008

Totalitarismos publicitarios - La nueva H2O Citrus







Analisis del caracter totalizador del discurso publicitario

"Los privilegiados". Promoción de la gaseosa H2O Citrus.


Veáse:

Jesus Martin Barbero. "La forma rito del discurso del espectaculo" En “Procesos de comunicación y matrices de la cultura”

“Para los que nos sentimos privilegiados por no ser divinos, impecables, rutilantes y espléndidos, para nosotros la gente linda, llego H2o citrus: la citrus perfecta para los que no buscan ser perfectos. Nueva H2o citrus; sentirse bien es una elección”


Lo particular de este anuncio publicitario es su discurso cuestionador de la tradición publicitaria, que proponía estereotipos vinculados a productos determinados. Pareciera ser el de esta publicidad (en un análisis superficial) un discurso cuestionador de los modelos culturales, de la lógica tradicional de la perfección.

Es un anuncio que dice incluir a aquellos que no son “divinos, impecables, rutilantes y espléndidos”, subrayando los defectos de los personajes como característica constitutiva de su individualidad, de su identidad.

Como afirma Barbero, lo que el televidente no ve es que la “sed filmada” es ya una reflexión sobre la sed. Lo que no puede ver y se le escapa es la plusvalía figurativa, producida por la desaparición del instrumento y del proceso de trabajo.





http://www.youtube.com/watch?v=lNDjU2xrenw

Lo llamativo de esta publicidad es que, si bien se trata de un anuncio de una nueva bebida, poco tiene que ver el relato con la sed o con el sabor y las características del nuevo producto. Es una publicidad que, con el objetivo de informar sobre un nuevo producto lanzado al mercado, sobre un objeto de consumo, habla directamente de los sujetos, de las personas, de sus deseos, necesidades, sus ambiciones, frustraciones, etc.

De este modo, considerando dicha plusvalía figurativa, este anuncio mas que informar sobre el objeto, lo in-forma, es decir, “le da forma social”, y en ese sentido, afecta directamente al individuo.

La idea de romper con los falsos estereotipos, e incluir a todos los individuos como modelos de consumidor, es el recurso ideológico con el cual esta publicidad logra su eficacia. Esta destinado a aquellos que, como anuncia el slogan, “no buscan ser perfectos”, pero que son capaces de reconocer y alcanzar el Bienestar. Ese bienestar, lo entiende Barbero como signo unívoco de lo que hoy llamamos felicidad; es para el hombre secularizado su único objetivo, y ese objetivo es alcanzable a través del consumo. Entonces, para los que no son perfectos, un nuevo objeto de consumo viene a completar dicha falta.

Dentro de esa lógica estamos "nosotros" (propone la publicidad). Me pregunto entonces ¿quienes son "ellos"?, si son los que no han podido comprender ese sentido profundo de la existencia ("la felicidad es alcanzable por medio del consumo"), o aquellos que por razones económicas no pueden acceder a la nueva H2O Citrus. Allí se presenta otra operación ideológica, totalizadora. El discurso es presentado de modo tal que parece imposible escapar de sus seductoras redes de dominación.

Al finalizar el spot con la frase “sentirse bien es una elección”, el discurso afirma esta felicidad objetiva alcanzable, en el que todos los individuos serían iguales ante los objetos, y pueden elegir sentirse bien o no (ser felices). El costo de esa felicidad es, desde luego, el consumo de la nueva H2o citrus ($2).


Aparece así lo que considera Barbero la estructura profunda de la publicidad: el proceso en el cual los objetos sustituyen a los sujetos.

El objeto de consumo, “objeto ritual de reconocimiento, integración y legitimidad social”, promueve un repliegue hacia la identidad del individuo, lo diferencia, lo individualiza, pero también lo integra. Los individuos de este modo se sienten sujetos en la medida en que se diferencian por objetos, y en ese movimiento circular, dice Barbero, se sienten libres, “creen escapar a la dominación estructural”.

En esta publicidad en particular, esta idea de incluir a los “no perfectos”, en fin, a “todos nosotros” (siempre desde el recorte ideológico propio del discurso) como posibles consumidores, con capacidad de elegir si “sentirse bien o no”, da cuenta de un discurso totalizador de la publicidad, que apela a todos y cada uno de los individuos.

Los sujetos dejan de buscar ser perfectos, y reconocen la perfección del objeto. (“la citrus perfecta para los que no buscan ser perfectos”). Se define, de este modo, al “defecto” del sujeto como rasgo de su individualidad, de su identidad, pero ese rasgo solo toma sentido cuando esta acompañado por ese objeto de consumo perfecto (en este caso la nueva Citrus), que permite el Bienestar y la liberación. En este sentido, concluye Barbero afirmando que “el espectáculo nos ratifica en la llamada a no salir del estadio del espejo: el del reconocimiento en y por las imágenes-objetos”.


Sebastian Muzyka

Nota a Jesus Martin Barbero
http://www.revistateina.com/teina/web/Teina4/dossiermartinbarbero.htm